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En este proyecto se persigue una producción más sostenible y eficiente en la gestión de los recursos hídricos a través de la innovación y la tecnología aplicada al sector agroalimentario.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, uno de los mayores desafíos a los que nos enfrentamos como sociedad es asegurar que la creciente población mundial -que se prevé que alcance los 10 mil millones para 2050- tenga suficientes alimentos para satisfacer sus necesidades nutricionales. Para alimentar a otros 2 mil millones de personas en 2050, se estima que la producción de alimentos tendrá que aumentar en torno un 50%. La producción de alimentos está directamente relacionada con la disponibilidad del agua, siendo la agricultura de riego el principal usuario de los recursos hídricos mundiales (70%), fracción que alcanza el 85% en las cuencas mediterráneas españolas.
La gestión eficiente del agua, tanto en sus aspectos cualitativos como cuantitativos, es un factor clave para satisfacer las necesidades alimentarias de la población tales como preservar el medio ambiente, reduciendo tanto las extracciones innecesarias de agua como los retornos de aguas contaminadas. La implantación de riegos de precisión permite realizar una gestión eficiente y sostenible de los recursos hídricos manteniendo la producción de los cultivos en cantidad y calidad, lo que repercute directamente en la reducción de su huella hídrica, esto es, el volumen total de agua dulce utilizado durante el proceso de producción.
Andalucía, por su ubicación en la cuenca mediterránea, es un territorio para el que los distintos escenarios de cambio climático prevén una reducción de la precipitación entre 15 y 20% para el año 2050, así como un aumento de su torrencialidad, lo que implica que la distribución de lluvia anual ocurrirá en pocos eventos. Así, siendo la agricultura de regadío el principal usuario de agua en Andalucía, con más de 1.000.000 ha, los escenarios de cambio climático para el 2050 muestran un aumento de la demanda anual de agua de riego en torno al 20%, ampliación de la duración de las campañas de riego, así como de un aumento de la demanda punta en los meses de verano superior al 10%. Si no se implantan medidas dirigidas a realizar un uso eficiente del agua, los escenarios de disponibilidad de agua van a ser claramente deficitarios.
El uso del agua y su gestión eficiente se han convertido en un punto clave del desarrollo sostenible. Este interés es potenciado por el aumento de la demanda de agua, su creciente escasez y la degradación de la calidad del recurso.
En este contexto, surge la denominada Huella del agua, con el fin de evaluar de forma holística el uso consuntivo de este recurso limitado. La Huella del agua requiere indicadores de estrés hídrico relativos a los efectos sobre la disponibilidad/escasez de agua, complementados con otros indicadores que evalúen el impacto potencial ambiental que los usos de agua producen sobre el recurso agua en la zona de análisis.
La evaluación de la huella del agua, basándose en la norma internacional ISO 14046, puede ayudar en:
Actualmente, la Huella del agua comienza a tomar fuerza en los mercados actuales, y a su vez como valor añadido, las iniciativas para su reducción conllevan ahorros económicos significativos para el productor.
El sector de la producción ecológica es especialmente consciente de la necesidad de la sostenibilidad como base para su desarrollo en el largo plazo. Entre los aspectos que resultan más limitantes para los cultivos y para las actividades agrícolas, el agua está en los primeros puestos del ranking junto con el suelo. En este sentido y no sólo desde el punto de vista de los agricultores y elaboradores que puedan ver limitada su capacidad de producción y elaboración por falta de recursos sino también porque los consumidores ecológicos valoran especialmente la coherencia en la sostenibilidad a la hora de obtener estos productos y su elaboración, siendo la gestión del agua uno de esos puntos de mayor valoración.
Ecovalia tiene conocimiento de que muchos agricultores y empresas ecológicas ya realizan esfuerzos para mejorar la sostenibilidad hídrica de sus fincas e industrias, a pesar de ello sus esfuerzos no son reconocidos en el mercado y necesitan que se les reporte esa diferenciación.
El sector ecológico ha identificado la demanda creciente de información medioambiental sobre los productos agroalimentarios, y quiere dotarse de herramientas que le permitan evaluar y demostrar a través de indicadores estandarizados y reconocidos por el mercado, la eficiencia en el uso del agua de los cultivos ecológicos. Para ello, la huella del agua según ISO 14046 se propone como indicador estandarizado y reconocido para la evaluación de tanto el uso consuntivo como de la degradación de los recursos acuíferos, que en combinación con la app de decisión inteligente sobre el manejo de riego deben dotar al sector de una herramienta para optimizar la eficiencia del uso del agua por nuestros cultivos.
Ante las escasas herramientas con las que cuentan los agricultores y elaboradores este proyecto va a ser de mucha utilidad para ayudar a los agricultores ecológicos a avanzar en el sistema de mejora continua. Con los datos primarios que se van a generar de manera activa por los operadores, más el uso de bases de datos de acceso libre, se pretende dotar a Ecovalia de una visión general del uso del agua por cultivos ecológicos en Andalucía, a través de un componente de Big-data en el entorno web que permita generar los informes a demanda de Ecovalia.
En el momento actual en el que el agua se ha convertido en un recurso escaso y limitado para la agricultura, la implementación de tecnologías inteligentes basadas en medición remota que permitan cuantificar el uso consuntivo del recurso en tiempo real se hace indispensable, y se acentúa más aún en el sector ecológico donde prima un uso sostenible y controlado del recurso hídrico.
Las TICs basadas en mediciones remotas, proporcionan información relevante y de forma permanente al productor sobre las condiciones instantáneas que existen en la finca de cultivo, sin embargo, esta información debe ser interpretada y gestionada por profesionales del sector del riego para generar resultados aplicables.
La información obtenida del campo a través de los sensores y las TICs es muy valiosa para gestionar de forma eficiente el uso de agua en el sector ecológico. La interrelación e interpretación de las variables obtenidas es necesaria para que el agricultor pueda aplicar en campo los resultados generados (reducción y momento de las abstracciones, volumen de riego aplicado, tiempo de aplicación, etc). En este contexto y haciendo uso de los datos obtenidos, la determinación del indicador de huella de agua y su incorporación a la trazabilidad del producto hortofrutícola permite conocer el uso consuntivo de agua en cada proceso unitario que sufre el producto en campo. Es decir, no sólo se instalan los sensores y medidores en las tierras de cultivo, sino que además se proporciona un software que facilita la gestión de riegos de precisión, así como el registro veraz y sistemático de los consumos de agua reales, información clave junto con la producción, para la estimación de la huella del agua personalizada para las condiciones particulares de cada explotación.